Arroz al horno con bonito

Los arroces al horno tienen una textura distinta a los cocinados en paella u olla rápida. El arroz queda más meloso.

Ingredientes (4 - 6 personas):

- 1/4 Kg. de bonito en dados gruesos, como de 2 o 4 cm. de lado.
- 1 Pimiento verde grande o dos medianos.
- 1 Cebolla mediana.
- 1 Hoja de laurel.
- 2 dientes de ajo.
- Azafrán en polvo.
- 350 gr. Arroz redondo.
- 1 Litro de agua con dos pastillas de caldo de carne o caldo de carne (se utiliza caldo de carne para equilibrar sabores y porque el del bonito es fuerte).
- Aceite de oliva.

En una sartén, se pocha la cebolla picada muy fina y uno de los dientes de ajo, también muy picado, con el laurel y el pimiento limpio y en trozos.

En sartén aparte, se marca el bonito con aceite de oliva bien caliente y un poco de sal y se incorpora, junto al sofrito, al barro que vayamos a usar (tiene que ser suficientemente ancho, de un mínimo de 35 cm. de diámetro).


Mientras precalentamos el horno a 200º, calentamos al fuego el barro, con el sofrito y el bonito, añadiendo el caldo, el azafrán y el otro diente de ajo. Cuando el caldo vaya a romper a a hervir, repartimos el arroz y lo introducimos en la parte media del horno.

A partir de los 15 minutos, se va probando el arroz, teniendo en cuenta que el barro conserva el calor al sacarlo del horno y puede hacer que se nos pase, así que es mejor sacarlo cuando está casi a punto, pero no del todo. Si se hubiera consumido el caldo y el arroz está duro, se pueden ir añadiendo cacitos de agua muy caliente.

Pote asturiano

Como otros muchos guisos, el origen del pote asturiano es el de aprovechar sobras, en este caso de fabada, pero merece poder hacerse y disfrutarse aunque no tengas restos. Conviene hacerlo un día antes.

Ingredientes (4 personas):
- 250 gr. de fabes, en remojo desde al menos 12 horas antes.
- Compagno de fabada: una pieza de cada, para que no de excesivo sabor. Pongamos que una morcilla, un chorizo y un pedazo de panceta.
- 1 hueso de jamón.
- 1 Pastilla de caldo de carne.
- 1 Berza limpia, sin el tronco central de la hoja, en trozos pequeños y escaldada (si puedes conseguir más de una se pueden congelar una vez escaldadas).
- 1 Patata grande.
- Pimentón dulce.
- Agua.
- Sal.

En una cacerola grande, echa las fabes con el agua con la que las has tenido en remojo, el chorizo, la morcilla, la panceta, el hueso del jamón y la pastilla de caldo de carne. Durante la primera media hora, cada vez que rompa a hervir, añade medio vaso de agua fría para romper la cocción; eso hará que la faba se haga bien y no se despelleje.


Pasadas un par de horas cociendo a fuego medio y tapado, sacamos el chorizo, la panceta y el hueso del jamón. troceamos los dos primeros y sacamos el jamón que tuviese el hueso, troceándolo también e incorporándolo todo al guiso (la morcilla no se trocea para que no se rompa). Le añadimos una cucharada de pimentón y la berza, continuando la cocción hasta que la fabas estén tiernas, pero antes de que estén tan blandas como para romperse. Es el momento de retirar toda la grasa de la superficie, añadir agua hasta completar al gusto (es un plato de cuchara), comprobar de sal, añadir la patata en trozos chascados para que ligue el caldo y cocer hasta que esté hecha.

A la hora de servir, se trocea la morcilla y se sirve aparte para que cada uno se eche lo que quiera.

Zamburiñas a la plancha

Aunque hay quien las confunde con vieiras pequeñas, las zamburiñas no son lo mismo, e incluso me atrevería a decir que son más delicadas y sabrosas que sus primas mayores.

Podrás encontrarlas ya limpias y congeladas o frescas sin limpiar. Si son frescas, no las compres nunca ya limpias, salvo que se trate de alguien de absoluta confianza, pues deben consumirse en el día una vez abiertas.

Ingredientes:

- Zamburiñas. Calcula que en un kilo de zamburiñas frescas de tamaño medio te entrarán entre 40 o 50.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen.
- Limón.
- perejil picado.

Si tienes que limpiar las zamburiñas, ábrelas un poco y ayúdate de un cuchillo para separar la carne de una de las conchas, dejándola en la otra media sin separarla.


Tendrás que quitarle, con la ayuda de un cuchillo redondo, la bolsita negra que tienen en la parte más próxima a la unión de las dos conchas, así como la babilla que puedan tener, dejando sólo la parte de carne blanca y la anaranjada (en la imagen muestro una limpia y otra sin limpiar).

Echa un poco de sal en cada zamburiña y pásalas por una sartén grande con un buen chorro de aceite. Uno o dos minutos por la parte de la carne y un poco, antes de sacarlas, por la de la concha.

Cuando se hayan hecho todas, añade al aceite que quede en la sartén el perejil picado y unas gotas de zumo de limón; lo calientas y echas un poco en cada zamburiña con la ayuda de una cucharilla.

Se sirven inmediatamente.