Mermelada de papaya y mango y método para envasar al vacío (receta con azúcar y sin ella)

Una mermelada con un sabor no muy alejado del clásico, pero con nuevos y caribeños matices.

Ingredientes (para aproximadamente 4 tarros de 150 - 200 ml):
- 1/2 papaya madura
- 1 mango maduro
- 1 canela en rama
- CON AZÚCAR: 100 gr de azúcar por cada 250 gr de fruta limpia de piel y semillas
- SIN AZÚCAR: Sacarina líquida
- El zumo de medio limón por cada 250 gr de fruta limpia de piel y semillas
- Tarros de cristal limpios y con la tapa sin forzar y en buen estado

Las frutas se pelan, se les quitan las semillas y se trocean. Es importante pesarlas una vez preparadas para poder calcular el azúcar y los limones para el zumo. A mí me suelen pesar unos 750 gr, por lo que añado 300 gr de azúcar y el zumo de un limón y medio. En caso de que quieras la mermelada SIN azúcar, mejor añade la sacarina líquida poco a poco al final y probando si está a tu gusto.

La cantidad de azúcar es para una mermelada dulce, pero no excesivamente. Puedes añadir más o menos según prefieras. Si no quieres pasarte, pon un poco menos y prueba cuando lo pases por la batidora. Si te has quedado corto, añade un poco más y hierve un par de minutos para que se incorpore bien.

En una cacerola, incorpora la fruta, el zumo de limón, el azúcar y la rama de canela. Ponlo a hervir a fuego medio sin dejar de remover, para que no se pegue y para que liguen bien los ingredientes.

Pasada media hora, saca la canela y tritura todo con una batidora de brazo en la misma cacerola o en la batidora de vaso, si es lo que tienes. Es el momento de hacer la primera prueba de consistencia, pues siempre espesará más al enfriarse: coge media cucharadita de mermelada y métela unos minutos en la nevera para que se enfríe. La mermelada de la cucharita te indicará cómo va a quedar el resto al enfriarse. Si vieras que ha quedado demasiado espesa para tu gusto, puedes añadir agua, pero muy poco a poco porque la licua mucho.

Otro método es coger un poco de mermelada con una cuchara, esperar a que se enfríe un poco y depositar un poco entre la yema del dedo pulgar e índice. Si al separar los dedos la mermelada tiende a estirarse en lugar de separarse inmediatamente, es que está bien de textura.

Es importante que tengas en cuenta que es una mermelada casera y sin espesantes añadidos, al contrario que la mayoría de las industriales, por lo que no vas a conseguir que esté tan compacta (casi gelatinosa) como la que se puede comprar en el supermercado. Personalmente, una de las ventajas de hacerla en casa es precisamente que queda espesa, pero no tan difícil de untar como la mayoría de las que venden.

Los tarros puedes reciclarlos de productos que consumas siempre que se hayan abierto sin forzar la rosca y veas la tapa limpia, con la parte como de goma interior sin óxido ni imperfecciones, ya que ello te asegurará el mantenimiento del vacío. De todas formas, puedes encontrar botes como los de la foto en cualquier bazar y por 0,50 o 0,75 euros los podrás usar varias veces si los cuidas y los almacenas bien limpios y secos.

Ya solo queda llenar los botes casi hasta arriba. Seguramente el último no se llenará, pero no pasa nada, porque, aunque no se hiciera bien el vacío, será el que uses primero y se te conservará varias semanas en la nevera.

Una vez llenos y bien cerrados, pon una cacerola grande con agua a hervir con los tarros dentro y el agua cubriéndolos. Desde que hierva, cuenta 20 minutos, retira del fuego y saca los botes con cuidado de no quemarte.

Cuando se enfríen, si todo ha ido bien, la tapa metálica se habrá combado hacia el interior, lo que indica que se ha hecho el vacío. La diferencia es que si presionas la tapa de un bote sin vacío, cede un poco, pero el que está al vacío no cede al presionar.
De esta forma, puedes guardar los que se llenaron y conservarlos hasta un año (hay quien dice que dos, pero prefiero ser prudente). Cuando los abras, hay que mantenerlos en el frigorífico.

Las medidas son para unos 4 tarros, pero, dado el tiempo de conservación tan prolongado, puede merecer la pena hacer doble cantidad y tendrás mermelada casera y con un sabor especial para tomar y regalar todo el año.